Meterse en la cabeza de la gente no es fácil. Es algo que siempre quise y nunca pude hacer. Con este blog abro mi cabeza para librar todo aquello que gobierna mi interior. Libero las fuerzas que dominan mi alma.
miércoles, 17 de mayo de 2017
Recuerdos
Los recuerdos mantienen vivas a las personas. Tienen una magia especial que los rodea y envuelve, que los llena y desborda de emociones. Son momentos, personas, cosas, hasta incluso, abstracciones que no somos capaces de describir. Son composiciones de múltiples elementos con una característica en común: son puramente humanos. Llegan a ser tan reales como lo vivido, pero eternos en contraposición a lo efímero de la vida. Nos invaden la mente, colman el corazón, e infunden vida al alma. Llenan la existencia de los vivos: les recuerdan quienes son y quienes fueron, y a veces, le dan indicios de quienes serán. Pero también, dan vida a los muertos. Los mantienen vivos en aquellos que aún respiran, infunden un soplo de fuego abrasador que hace arder el corazón hasta convertirse en cenizas. Los recuerdos son abstracciones que nos componen, que nos hacen. Nos llenan la cabeza de palabras e imágenes, los ojos de lágrimas, el corazón de sentimientos, y la vida de colores.
jueves, 11 de mayo de 2017
Pequeños placeres
Mirar por la ventana un remolino de hojas amarillas caer,
en la mano un buen café,
en los oídos el compás de tu canción favorita,
y en el alma, una paz desbordante.
en la mano un buen café,
en los oídos el compás de tu canción favorita,
y en el alma, una paz desbordante.
miércoles, 10 de mayo de 2017
El tiempo también es prisionero
El tiempo vive enjaulado. Está preso en calendarios, en meses, días, horas y segundos. Pero a pesar de ser una cápsula, envuelve a toda la sociedad. Es una abstracción, claramente imposible de ver, más que en las agujas de un simple reloj.
Esta idealización nos determina la vida: un padre tiempo invisible nos impone límites. Entonces pienso en aquellas personas que sostienen que "hay que ver para creer", y entiendo, que son completamente inconsistentes, vagas, injustificadas. Porque qué clase de humano no es capaz, de creer en el tiempo.
Esta idealización nos determina la vida: un padre tiempo invisible nos impone límites. Entonces pienso en aquellas personas que sostienen que "hay que ver para creer", y entiendo, que son completamente inconsistentes, vagas, injustificadas. Porque qué clase de humano no es capaz, de creer en el tiempo.
domingo, 7 de mayo de 2017
Cuando el cielo tiembla
De vez en cuando, el cielo tiembla, hace ruido y nos despierta de golpe. Nos despierta del trance en el que vivimos, de esas vidas apresuradas, corridas constantes, de ese reloj que jamás se detiene.
El cielo se queja, se queja de como desperdiciamos nuestras vidas preocupándonos por cosas efímeras. Y una vez que capta nuestra atención, se pone a llorar.
Llora por como desperdiciamos el tiempo, como lo dejamos correr sin ningún arrepentimiento, haciendo filas para todo, siempre esperando a que llegue algo mejor. Mientras, la vida pasa sin detenerse, los segundos se convierten en minutos, los minutos en horas, las horas en días, y los días en años.
La vida se nos escapa, pasa desapercibida frente a nuestros ojos. Entonces, el cielo agoniza, libera su enojo sobre nosotros. Nos empapa con sus lágrimas, que se quiebran y rompen, frías, en nuestros cuerpos. Y tal vez ese impacto, ese contraste de temperaturas, algún día, nos haga entender como la vida se pasa y el tiempo no espera.
El cielo se queja, se queja de como desperdiciamos nuestras vidas preocupándonos por cosas efímeras. Y una vez que capta nuestra atención, se pone a llorar.
Llora por como desperdiciamos el tiempo, como lo dejamos correr sin ningún arrepentimiento, haciendo filas para todo, siempre esperando a que llegue algo mejor. Mientras, la vida pasa sin detenerse, los segundos se convierten en minutos, los minutos en horas, las horas en días, y los días en años.
La vida se nos escapa, pasa desapercibida frente a nuestros ojos. Entonces, el cielo agoniza, libera su enojo sobre nosotros. Nos empapa con sus lágrimas, que se quiebran y rompen, frías, en nuestros cuerpos. Y tal vez ese impacto, ese contraste de temperaturas, algún día, nos haga entender como la vida se pasa y el tiempo no espera.
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