El tiempo vive enjaulado. Está preso en calendarios, en meses, días, horas y segundos. Pero a pesar de ser una cápsula, envuelve a toda la sociedad. Es una abstracción, claramente imposible de ver, más que en las agujas de un simple reloj.
Esta idealización nos determina la vida: un padre tiempo invisible nos impone límites. Entonces pienso en aquellas personas que sostienen que "hay que ver para creer", y entiendo, que son completamente inconsistentes, vagas, injustificadas. Porque qué clase de humano no es capaz, de creer en el tiempo.
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