lunes, 6 de agosto de 2018

Genética.

Nos define. Corre por nuestra sangre y la moldea. Nuestras células evolucionan en base a su estructura. Somos como somos por la genética. No la elegimos, pero nos acompaña para siempre. Nos marca, nos da forma.

La astrología también es genética. Las estrellas alinearon su energía de una manera particular en el momento en que nacimos. Y esa alineación también nos acompaña de por vida. Esa energía va fluctuando con el paso del tiempo, nos construye y deconstruye constantemente. 

Somos energía. Somos una conjunción de puntos microscópicos vibrando en la misma sintonía. Nacimos con una predisposición que no elegimos, pero elegimos todo lo que somos. Porque nacemos limitados, pero somos libres dentro de nuestros límites. Porque al fin y al cabo, como escribió Eduardo Galeano, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.

viernes, 15 de junio de 2018

Oportunidades






La gente va y viene. Los caminos se abren y se cierran. Las oportunidades también. Algunas se presentan más nítidas y vibrantes que otras, pero siempre hay puertas por abrirse. Muchas veces caminamos cerca de ellas sin darnos cuenta, porque estamos tan concentrados en pequeñeces sin sentido que nos olvidamos de las cosas importantes.

Muchos caminos tienen rumbos sinuosos, con finales desconocidos, ocultos. Y tal vez será que la vida en sí misma es una conjunción de caminos, de oportunidades, de puertas sin abrir. Tal vez será que pasamos mucho tiempo sin prestar atención a la tierra que se encuentra debajo de nuestros pies. Despegamos la mirada de nuestro sostén y nos aislamos. Nos aislamos de nuestra base, de nuestra raíz. Porque tal vez, solo tal vez, las oportunidades se materializan en caminos y nuestra única chance de tomarlas es mirar, aunque sea por un segundo, la tierra debajo de nuestros pies.

martes, 29 de mayo de 2018

Ella

La carne me escuece y la herida no sana,
La llama se aviva pero el fuego se apaga.

Cada vez que te pienso te olvido,
Cada recuerdo es un pequeño vacío.

Sos lo que fuiste y serás lo que sos,
Un poco de polvo en un rincón,
Un arcoíris blanco y negro,
Una cebra multicolor.

Sos lo que fuiste y serás lo que sos,
Una mera fotografía,
Una simple sonrisa,
Un universo de amor.

martes, 22 de mayo de 2018

Lo único que recuerdo, es que hacía mucho frío

Era hielo puro. Blanco, celeste, en algunas partes ligeramente azul. Estaba inmaculado ahí, con la única compañía del agua a su alrededor. Un espejo que reflejaba su interior.

Se escuchaba el viento, que aunque no puede verse, todos los sentimos. Porque las cosas mágicas no se perciben con los ojos sino con el alma. Porque aunque el frío me helara los dedos y vapor saliera de mi boca, me sentía más en casa que nunca. Porque estar en casa no implica una locación física, sino una espiritual.

De pronto el espejo se rompió. Un pedazo de agua congelada quebró el hechizo. Todos escuchamos el "crack". Pero seguimos ahí, observando estáticos como el glaciar perdía una parte, como la vida seguía, los minutos corrían. Pero esa imponente masa de hielo se mantenía firme como si nada hubiera pasado.

Observé como el agua se calmaba, como absorbía la pérdida. Nosotros somos ese espejo alrededor del glaciar. Reflejamos aquello que sucede en el exterior, incorporamos los golpes que la vida nos da y los hacemos nuestros. Y una vez que el impacto se suaviza, volvemos a la calma.

domingo, 15 de abril de 2018

Seguís acá

Te dejaste ir, te dejaste volar.
Pero tu corazón late a través de los nuestros. 
Tu sonrisa vive a través de nuestros recuerdos.
Tus palabras vibran en nuestros labios.
Tus lágrimas brillan en nuestros ojos.

Te dejaste ir, te dejaste volar.
Pero seguís acá,
Tan viva como siempre,
Tu alma más encendida que nunca.

Te dejaste ir, te dejaste volar.
Pero no te fuiste,
Seguís acá,
En cada llanto, cada risa, cada recuerdo.

domingo, 11 de marzo de 2018

No. Una palabra difícil de decir y difícil de escuchar. No importa que esté acompañada de otras palabras, estas solo intentan suavizar su impacto, hacerla sonar más sutil.

Decir que no. Marcar límites, a veces a lo desconocido, otras a un terreno ya explorado. Exponerse a la respuesta del otro, a su defensa. 

Escuchar el no. Formar una coraza, protegernos lo más posible para evitar fracturas. Pero nos rompemos en pedazos de todas formas y el caparazón solo se asegura de que no perdamos ninguna en el camino. 

Porque siempre leemos lo mismo: al que le dicen que no se le parte el corazón. Pero no hay una víctima en esta situación. Ambas partes son efectos colaterales de un desastre aún más grande: el rechazo humano a los límites.

martes, 6 de febrero de 2018

Emociones

Las necesidades emocionales son las que más pesan, las que más exigen, las que más duelen. Son las que nos destruyen en segundos, que nos despedazan en totalidad. Son aquellas que no nos dejan en paz en ningún momento, que se encuentran siempre ahí, latentes. 

A veces necesitamos que el viento nos acerque más que las hojas y que el mar nos traiga más que algas. A veces las nubes no deberían largar lluvia y el fuego no debería arder en los árboles, sino en nuestro alma. A veces la tierra no tendría que envolvernos en polvo, sino en su aroma a naturaleza viva.

Porque nuestro alimento no son solo calorías y azúcares. Porque somos alma y somos cuerpo, y usualmente, nos olvidamos de aquella parte que infunde vida a todo el resto.